Varias fotos de Arturo Cerdá y Rico ilustran tanto la portada como el libreto interior del último trabajo de este mítico grupo folk, que desde 1972 ahonda en las raíces de Sierra Mágina dentro del campo de la música de tradición oral. En esta ocasión han recopilado en un doble CD un buen número de las canciones recogidas en Sierra Mágina, y grabadas por Andaraje en distintos discos a lo largo de los últimos treinta años para ofrecerlas reunidas en esta nueva edición. La portada recoge una de las escenas más bellas captadas por Cerdá, concretamente en el cortijo del Alhorí, a los pies de la Morra de Mágina. Mientras que en el libreto aparecen “Niñas esquilando ramal” y “Ancianos en sus labores”. Sin duda se trata de unas imágenes que recogen parte de la esencia de nuestra comarca, por lo que desde la Asociación Cerdá y Rico queremos expresar nuestro agradecimiento a los miembros de Andaraje.
Las señas de identidad de un pueblo pueden y deben ser estudiadas desde la observación del hombre y su relación con el entorno en que vive: rituales, códigos de comportamiento, relaciones con su propio grupo social y con otros… Así, disciplinas como la Antropología, Sociología, la Medicina Popular, la Arquitectura o la Musicología, por citar algunas, se complementan para acercarnos a nuestro objeto de estudio: la música popular, que no debemos “extraerla” de su contexto y aislarla para su estudio, sino relacionarla con todas las circunstancias que la rodean: dónde, cómo, cuándo y por qué, desde cuándo, quién se la enseñó, dónde la escuchó, qué rito o fiesta acompañaba, desde cuándo tiene memoria que se cantara esto o aquello… estas son muchas de las preguntas que realizamos a los “informantes”, normalmente nuestros mayores, verdadera memoria viva y auténticos transmisores de la cultura popular.
En cuanto a los libretos que acompañan al trabajo de Andaraje titulado “Cancionero anónimo y popular de la provincia de Jaén”, José Nieto dice que nuestra propuesta consiste en un acercamiento a la música desde un punto de vista que, sin ser novedoso, sí que necesita alguna aclaración: en nuestros anteriores trabajos, ese acercamiento se ha realizado siempre desde el abordamiento más sencillo: el de observar la música tradicional desde sus aspectos funcional, sensual, lúdico, ritual, etc. y verla como parte fundamental de la cultura tradicional, aquella que se conoce a través de voces anónimas, que igual informan de viejos rituales y leyendas que de la localización exacta de un pozo. Es la música como vehículo portador de ritos, creencias y modos de comportamiento ancestrales, síntesis y fiel reflejo de modelos culturales perfectamente definidos.
Es urgente que continuemos este trabajo, para que esa memoria, que ha ido transmitiéndose de boca en boca y de generación en generación, no se pierda definitivamente. Es nuestra obligación rescatarla, estudiarla, catalogarla y fijarla, para poder seguir leyéndola -con los medios de hoy- a las generaciones venideras, como uno de los signos de identidad cultural de esta tierra.
Jesús Barroso Torres