No resulta habitual que un pueblo como Cabra del Santo Cristo tenga una memoria fotográfica de un tiempo en el que la fotografía apenas había salido de los estudios de los fotógrafos profesionales, aunque para decir la verdad, lo que no era habitual en aquellos años a caballo entre los siglos XIX y XX era contar con un apasionado de la fotografía como era Arturo Cerdá y Rico. Todo un lujo y una suerte haber tenido un vecino así, porque hace ya mucho tiempo que la fotografía se democratizó, pero entonces, durante aquellos años de los albores del pasado siglo apenas contaba con aficionados y eran muchos menos aún los que destacaron.
Privilegiados por tanto nos podemos sentir por contar con un legado así y de que iniciativas como esta exposición lo acerquen a los vecinos para interpretar “in situ” aquellas instantáneas de un mismo espacio pero de un tiempo lejano salidas del inquieto objetivo de Arturo Cerdá y Rico.
“Tras las huellas de Cerdá y Rico” ofrece la posibilidad de dar un agradable paseo por el casco histórico de Cabra del Santo Cristo, mapa en mano para localizar aquellas imágenes que reproducen el estado de entonces en 31 enclaves repartidos a lo largo de una ruta de algo más de 2 kilómetros. Una original y novedosa exposición que se inauguró el pasado 5 de agosto en la casa de Cerdá y Rico con los discursos de José Rubio Santoyo, Alcalde de Cabra del Santo Cristo; Juan Ángel Pérez Arjona, Diputado responsable del área de Cultura de la Excma. Diputación Provincial de Jaén y de Julio A. Cerdá Pugnaire, Presidente de Acacyr. Tanto José Rubio como Juan Ángel Pérez expresaron su compromiso y disposición a colaborar con la Asociación Cerdá y Rico, mientras que el Presidente de Acacyr subrayó, entre otras cosas que este colectivo lleva ya casi 15 años trabajando en lo que él considera una “inversión en cultura” surgida de la sociedad civil cabrileña. Numerosos fueron los vecinos que dieron fuste con su presencia a este sencillo acto de inauguración y al posterior paseo durante el que Julio Cerdá fue explicando algunos de los detalles de las fotos expuestas. La acogida entre la sociedad cabrileña ha sido exelente, luego podemos hablar de un nuevo éxito para Acacyr y las Administraciones co-organizadoras y colaboradoras.
Un recorrido tras el que nos daremos cuenta que los años no pasan en balde y que muchos lugares es difícil reconocerlos, pero también comprobaremos que otros permanecen poco o nada alterados. El progreso nos facilita la vida, lo que no quiere decir que no nos sintamos orgullosos de mantener lugares de hondo sabor etnográfico como, por ejemplo el lavadero del Nacimiento. Y es que si algo nos enseña esta muestra es que el progreso nunca debe estar reñido con la tradición y que, si es para mejorar, nunca es tarde para embellecer nuestro pueblo, por ejemplo devolviendo una fuente, un abrevadero, o un lavadero al lugar donde estuvieron, eso sí, en los tiempos que corren por mera función estética y de paso, para mantener viva la memoria de las generaciones que nos precedieron. Las imágenes nos lo ponen muy fácil y esa podría ser una lectura muy positiva de la muestra, aunque no la única.
“Tras las huellas de Cerdá y Rico” podrá “recorrerse”, en principio durante todo el mes de agosto, para lo que están a disposición los folletos con el plano y recorrido en la casa de Cerdá. No obstante enlazamos también al pié de esta nota, tanto al folleto como al catálogo en formato PDF.
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