Hace unos días que Vladimir Karamazov nos visitó para realizar el reportaje central del próximo número de Contraluz. De esta manera, el último ganador de nuestro certamen de fotografía cumple con la norma no escrita de pasar unos días entre nosotros para hacer el reportaje central, portada y contraportada de nuestra revista Contraluz, cuyo número 14 verá la luz el próximo otoño.
Vladimir Karamazov nació en Sofía (Bulgaria) y ha sido el primer ganador no español del Cerdá y Rico de fotografía (edición 2023). Un polifacético artista que hace tiempo destaca en el mundo de la fotografía, no en vano es acreedor de numerosos premios y reconocimientos, aunque Vladimir es uno de los actores más conocidos de Bulgaria y también tiene una productora. Fue el pasado dos de junio cuando giró visita a la casa-museo de Arturo Cerdá y Rico, cuando recibió de manos de Ana Jódar el diploma y las medallas acreditativas de su primer premio en la XIII edición del Cerdá y Rico de fotografía.
Una visita que se prolongó hasta el cinco de junio durante la que Vladimir visitó Cabra del Santo Cristo, la localidad donde ha creado el reportaje central del próximo número de Contraluz en el que nos ofrecerá su particular visión de Mágina. Las comarca que se esconde entre esas enigmáticas montañas del sur de España. El país situado en el occidente del viejo continente, justo en extremo opuesto a Bulgaria, su país.
Quizás, en la quietud de estas montañas andaluzas encontró Vladimir la respuesta a su búsqueda y, tal vez, al comparar las dos tierras descubrió que a menudo la grandeza reside en lo cotidiano. Así, desde las calles empedradas de Sofía, donde los edificios cuentan historias de imperios y revoluciones, hasta los senderos polvorientos de Mágina, donde los olivos colonizan sus laderas, Vladimir Karamazov trazó su propia metáfora, reivindicándose como un contador de historias que también encuentra en la fotografía el medio idóneo de expresión.
Gracias Vladimir por tu visita y por tan generosa contribución a nuestra humilde publicación.