El pasado 22 de diciembre a las 8 de la tarde presentamos el número 11 de la revista Contraluz durante un sencillo acto en la casa de Cerdá y Rico. Abrió el acto el responsable del área de Cultura del Ayuntamiento Francisco Javier Justicia, quien se congratuló por el nacimiento de este nuevo número de una publicación tan vinculada a Cabra del Santo Cristo. Por su parte, Julio A. Cerdá Pugnaire, presidente de Acacyr, destacó el valor de este órgano de difusión de la Asociación Cerdá y Rico, pues cumple de manera más que digna el cometido para el que fue pensada, difundir y salvaguardar la figura y obra de Arturo Cerdá y Rico, así como los valores culturales de Cabra del Santo Cristo y de la comarca de Sierra Mágina. A continuación, Ramón López, Director de la publicación fue desgranando los contenidos de este nuevo número, para lo que contó con la ayuda de Juan Miguel Justicia y de Pedro Cruz, ambos, del Consejo de Redacción. A la finalización del acto, el Excmo. Ayuntamiento ofreció una copa a los asistentes, durante la que tuvieron ocasión de comentar con algunos autores y miembros del Consejo de Redacción los contenidos de este nuevo número de Contraluz.
A continuación publicamos el editorial, donde se explica de manera somera el contenido de este nuevo número:
Alguien dijo que para mantener una lámpara siempre encendida no hemos de dejar de ponerle aceite y eso es precisamente lo que venimos haciendo en Acacyr desde que sacamos el primer número de nuestra revista, pero el componente vital para materializar un proyecto como este no es otro que el trabajo de quienes lo enriquecen con sus inquietudes. Son ellos y sus contribuciones el aceite que mantiene encendida la llama de Contraluz y por ello, una vez más protagonizan este editorial.
El trabajo colectivo, o sea, esa sucesión de pequeñas voluntades que termina consiguiendo un gran resultado queda patente tras la lectura de las memorias que suelen abrir el sumario de nuestra revista y como no puede ser de otra manera, en esta ocasión seguimos pregonando aquello que es fruto del esfuerzo colectivo. Exposiciones, conciertos, certamen de fotografía, o competiciones deportivas forman parte de nuestro habitual programa, pero surgen otras iniciativas tan nobles como la que nos ha llevado recientemente a reivindicar la preservación del árbol más emblemático de nuestra tierra.
José Beut nos obsequia en esta ocasión con el magnífico reportaje central, portada y contraportada, que para esta ocasión recoge retratos de maginenses en su cotidiana actividad. Porque, si por algo se distingue Contraluz es por el peso de la fotografía, así, en este número incluimos el catálogo con el cuadro de honor de la décima edición del Cerdá y Rico de fotografía, la otra seña de identidad de nuestro colectivo. El mundo académico está representado por un asiduo a nuestra publicación, Fco. José Sánchez Montalbán, quien para esta ocasión ha contado con su hermana Mª Soledad para traernos un interesante trabajo sobre un aspecto tan actual de la fotografía como es el selfie. No quiero desaprovechar la oportunidad de agradecer su compromiso a todo un Decano de la Facultad de Bellas Artes de la UGR, para mí es un verdadero honor contar con tan inestimable ayuda. Como es el caso del resto de miembros de este Consejo de Redacción, donde personas como Katy Gómez aportan un plus por su conocimiento del panorama actual de la fotografía de autor. Su sección nos acercará a los galardonados en nuestro último certamen. Julio Cerdá nos acerca a otras de aquellas publicaciones que se publicaron en tiempos de su bisabuelo destacando las virtudes artísticas del gran maestro de la fotografía. Cerramos la sección dedicada a la fotografía con una colaboración que he perseguido con insistencia, la de Patricia Bordonaba, una apasionada del lenguaje visual.
Otro asiduo, Ángel del Moral nos acerca al conocimiento del medio natural más cercano, en este caso con un trabajo sobre las vías pecuarias en el término municipal de Huelma, en el que como siempre la fotografía de naturaleza tiene un especial protagonismo.
De entre el paisanaje comprometido con los objetivos de Acacyr, Rafael Rubio Santoyo siempre se significó y se mostró entusiasta con el proyecto. Quienes le conocemos nunca hemos dudado de su valía, así que, a mi buen amigo Rafael le bastaba con que los más cercanos disfrutáramos de sus creaciones, pero ahora, en su madurez está viendo reconocida esa obra más allá de los límites de su maravillosa casa-estudio, y en ello ha tenido mucho que ver Francisco Fernández, otro gran fotógrafo, hijo adoptivo de Cabra, que ha apostado por mostrar al gran público la escultura de Rafael. Creo que lo está consiguiendo y el testimonio escrito de opiniones tan autorizadas como la de Rafael Peralbo, o del mismo Sánchez Montalbán dan buena fe de ello, aunque son las magníficas fotos de Paco Fernández las que verdaderamente se acercan a su verdadera dimensión y expresan, como imágenes que son -haciendo honor al dicho-, la belleza de la obra escultórica de Rafael. Un breve pero acertadísimo texto de Juan Antonio Díaz nos pone en antecedentes y como colofón, Antonio Carvajal dedica a Rafael un hermoso poema.
Por razones obvias, hay temas que se prodigan en nuestra publicación, como es el caso de los artículos relacionados con el Cristo de Burgos, no en vano se trata del icono más representativo de la localidad donde radica nuestra sede, así que, sin pretenderlo, Contraluz se ha convertido ya en todo un referente para los estudiosos de esta advocación y en ello ha tenido mucho que ver el catedrático Lázaro Gila Medina, otra pieza clave de este engranaje. En esta ocasión, Ignacio Calvo nos da cuenta de la existencia de una copia del Cristo de Burgos en el reino de Aragón, mientras que Juan Miguel Justicia nos propone un interesante estudio sobre la pintura original, desaparecida en la Guerra Civil, utilizando como fuente varias fotografías de Cerdá. Es el caso de mi contribución, pues también utilizo algunas fotos de Cerdá como fuente para una propuesta morfológica de la desaparecida iglesia de Santa Ana de Cabra del Santo Cristo.
Y es que las fotos de Cerdá y Rico son también inigualables testimonios para el estudio del patrimonio, así que son muy habituales las fotos de Cerdá ilustrando artículos relacionados con ello. Como ocurre con el artículo en el que José Luís Ojeda nos relata la reciente restauración de los retablos del Nazareno y de la Inmaculada de la parroquia de Cabra del Santo Cristo, o el que nos envía Francisco Jiménez Delago sobre el traje regional.
La actividad cultural debe prodigarse en nuestro presente, por eso, desde la Administración o desde colectivos como el nuestro debemos de planificar una programación lo más completa posible que satisfaga las inquietudes de la mayoría, en nuestro caso, difundiendo además nuestros valores, pero Contraluz da un paso más, pues con su edición profundizamos en ese conocimiento y dejamos el testimonio para las generaciones venideras. Por eso hemos de saludar y enorgullecernos del nacimiento de cada número y reconocer la labor de cuantos en ello se implican.
Creo que con este nuevo número volveremos a despertar el interés de nuestra potencial “clientela” y por eso, querido lector, tú también eres protagonista, así que muchas gracias por tu complicidad. Estoy seguro de que todos valoraremos tanto esfuerzo, algo, que a la postre contribuirá a que la llama de Contraluz continúe alumbrando el devenir cultural de esta tierra.