La memoria de Arturo Cerdá y Rico

El 15 de febrero de 1921 moría Arturo Cerdá y Rico en Cabra del Santo Cristo a los setenta y siete años de edad. Terminaba sus días en su casa de la calle de La Palma, donde había vivido durante dos décadas rodeado de los suyos y donde produjo buena parte de una obra fotográfica que pronto cayó en el olvido y no sería reconocida hasta mucho tiempo después como tendremos ocasión de comprobar.

Pero de Arturo Cerdá y Rico sí que podemos decir que fue muy valorado en su tiempo, no en vano fue un pionero de la fotografía que se codeó con la flor y nata de los fotógrafos de nuestro país y siempre estuvo al tanto de lo que se hacía en España y en el Mundo. Mantuvo permanente contacto con buena parte de la intelectualidad nacional, muy especialmente la granadina y parte de su obra quedó inmortalizada en diversas publicaciones españolas y europeas. Pero hubo una que destacó sobremanera, la revista “Don Lope de Sosa” (crónica mensual de la provincia de Jaén editada desde 1913 hasta 1930). Es su número 99, de marzo de 1921, el que se hace eco de la muerte de Cerdá a través de un sentido texto firmado por su director, don Alfredo Cazabán Laguna, insigne cronista y gran amigo de nuestro fotógrafo. Lo tituló “Arturo Cerdá y Rico, maestro de la fotografía artística”, y comenzaba con este párrafo:

Cerdá y Rico ha muerto. Para cuantos rinden tributo a la cultura y al arte, la muerte de Cerdá y Rico constituye una razón de legítimo duelo, porque con él desaparece una de las más prestigiosas figuras que en España abrieron los cauces de la fotografía personal y artística, por cuyos cauces han corrido luego, cada vez más caudalosas, las aguas de la ilustración gráfica de la prensa y de los album provocadores de la gran amplitud del turismo.

Cementerio de Cabra del Santo Cristo. Panteón donde está enterrado Arturo Cerdá y Rico. Fuente: propia

Los restos de Cerdá reposan desde entonces en el panteón que construyó a la muerte de su esposa en el cementerio de Cabra, o “Cabrilla” como a él gustaba decir. Lamentablemente, tras su muerte, su memoria se fue debilitando y poco más se sabría de este pionero de la fotografía hasta que el siglo XX encaraba su recta final. La Guerra Civil y la dura posguerra, la marcha de sus hijos, o la dispersión de la obra fueron factores que contribuyeron a ese olvido.

Pero “el fotógrafo apasionado” como se le ha llegado a llamar había dejado un rastro imborrable, así que el rescate de su obra era cuestión de tiempo y la revista que fundara Alfredo Cazabán tendría mucho que ver, pues los 216 números de Don Lope de Sosa incluyen numerosas fotografías de Cerdá y Rico, de ahí que algunos historiadores giennenses estuvieran familiarizados con tan interesante obra fotográfica. Es el caso de Manuel Urbano Pérez Ortega e Isidoro Lara Martín Portugués, dos amigos residentes en la capital que compartían inquietudes, de manera que fue durante los años finales del franquismo cuando un jóven “asesor provincial de educación popular” comenzó a reivindicar la fotografía de Cerdá. Era Manuel Urbano Pérez Ortega quien ese verano de 1972 publicó un breve texto en el programa de las fiestas de Cabra del Santo Cristo cuya portada daba a conocer una foto de Cerdá y Rico realizada en 1906.

Foto que ilustró la portada del progra de las fiestas de Cabra en 1972 y texto de Manuel Urbano Pérez Ortega. Fuente: propia.

Esa portada significó un verdadero descubrimiento para muchos cabrileños y el primer paso para la divulgación de la obra. Aunque habría que esperar hasta 1989 para que el Ayuntamiento de Cabra se pusiera en contacto con Joaquín Cerdá Vera para organizar una exposición y un primer certamen de fotografía. Aunque no hubo continuidad, estas actividades resultaron vitales para que se supiera de la existencia de Cerdá en el pueblo donde realizó buena parte de su obra. Un año más tarde se inauguró el museo de artes y costumbres populares de Jaén, cuyos contenidos incluían una pequeña exposición de fotos de Cerdá y Rico en la que participó muy activamente Julio A. Cerdá Pugnaire.

Cuando se acercaba el final del milenio se dieron las condiciones y fue el momento en el que aquellos historiadores de la capital decidieron abordar el asunto en profundidad, así que en el año 2000 contactaron con Julio Cerdá y comenzaron una intensa tarea de investigación y de difusión que cristalizó con la publicación de dos libros. Entre tanto y a medida que estos investigadores ahondaban en su conocímiento, nuevos nombres se fueron sumando a la labor divulgativa, caso de Rafael Poveda Bernavé y Tito Martinez Caneu en Monóvar (Alicante), así como Ramón López, los hermanos Jesús y Rafael Rubio Santoyo, y Juan Antonio Díaz en Cabra del Santo Cristo. En marzo de 2001 se publica la web cabradelsantocristo.com, portal pionero en internet donde Ramón López y Jesús Rubio comenzaron a divulgar la obra de Cerdá y que veinte años después continúa vigente bajo el dominio cabradelsantocristo.org.

27/7/2001.- Inauguración de la exposición de Cerdá y Rico tras su nombramiento de hijo adoptivo con carácter póstumo de Cabra del Santo Cristo. También se descubrió el busto de Cerdá modelado por Rafael Rubio. De izqda. a dcha. Ramón López, Isidoro Lara, Jose Madero, Julio Cerdá, Rafael Rubio y Jesús Rubio. Fuente: propia.

El 27 de julio de 2001 se nombró a Cerdá y Rico hijo adoptivo con carácter póstumo de Cabra del Santo Cristo. Fue durante una sesión en la que un abarrotado salón de plenos resultó el marco idóneo para que la corporación municipal reconociera en nombre del pueblo los méritos de aquel fotógrafo cuya figura se agigantaba a medida que se iba re-descubriendo su obra. Una exposición con 50 fotos dio a conocer parte de la obra, primero en Cabra y luego en otros pueblos de la comarca. En septiembre de ese mismo año se presentó en la Diputación de Jaén el libro “Del Tiempo Detenido”.

21/09/2001.- Palacio Provincial de Jaén. Presentación del libro “Del Tiempo Detenido”. Fuente: propia.

En marzo de 2002 quedó constituida la Asociación Cultural Arturo Cerdá y Rico, cuya primera iniciativa se materializó en una cuestación popular para hacer un busto en bronce, obra modelada y donada por el escultor local Rafael Rubio, que desde agosto de 2002 ocupa un lugar preferente en los jardines que se rotularon con el nombre del ilustre hijo adoptivo.

12/08/2002. El alcalde de Cabra, el subdelegado del gobierno y un representante del ayuntamiento de Monóvar descubren el busto de Cerdá y Rico colocado en los jardines que llevan su nombre. Fuente: propia.

En febrero de 2003, el IEG edita el segundo libro sobre Cerdá bajo el título “Registro de Memorias”, donde los tres autores mencionados nos descubrieron al Cerdá más artista. El 21 de febrero fue presentado en Jaén y el 1 de marzo en Cabra. El 6 de marzo de 2004 se firma el acuerdo por el que los descendientes de Cerdá venden al Ayuntamiento de Cabra la casa que este construyera en 1900. El 5 de abril de ese mismo año se convoca la segunda edición del certamen de fotografía, una actividad de la que ya se han celebrado once ediciones en las que han participado centenares de fotógrafos de todo el mundo y que en este tiempo se ha convertido en uno de los certámenes fotográficos más prestigiosos de España.

1/3/2003.- Julio Cerdá, Isidoro Lara y Manuel Urbano presentan “Registro de Memorias” en Cabra del Santo Cristo. Fuente: propia.
1/12/2019.- Jurado del XI certamen internacional Cerdá y Rico de Fotografía. De izquierda a derecha, Julio A. Cerdá (Presidente de Acacyr), Juan Antonio Díaz (artista plástico), Jerónimo Villena (Presidente de la FAF), Mónica Lozano (profesora de fotografía en la UMU), Katy Gómez (fotógrafa) y Francisco J. Sánchez Montalbán (Decano de la Facultad de Bellas Artes de la UGR).

El 1 de agosto de 2004 se presenta el número 1 de Contraluz, órgano de difusión de la Asociación Cerdá y Rico. Desde entonces se han editado doce números que incluyen trabajos relacionados con la fotografía en general y con Cerdá y Rico en particular, aunque también se divulgan otros valores culturales de Cabra del Santo Cristo y comarca. Nuevas aportaciones bibliográficas que engordan un sumario que ya supera ampliamente los trescientos registros de un total de ciento treinta y seis autores, Contraluz es ya un referente donde la bibliografía que ahonda en el conocimiento de la figura y obra de Arturo Cerdá y Rico hacen de ésta la publicación sobre Cerdá por excelencia.

1/8/2004.- Presentación del número 1 de Contraluz. De izqda. a dcha. Elías Abril Herrera (Presidente de Acacyr), José Rubio Santoyo (Alcalde de Cabra), Luis Valdivia (Concejal de Cultura), Manuel Garrido Palacios (Dtor. de Contraluz) y Ramón López Rodríguez (Subdirector de Contraluz). Fuente: propia.

Certamen y revista no han faltado desde entonces, aunque muchas han sido las dificultades. Especialmente complicado el periodo que va de 2011 a 2015, aún así la asociación siempre mantuvo cierta actividad. A finales de 2012 se termina la rehabilitación de la casa-museo de Arturo Cerdá y Rico, un importante hito fruto de la firme convicción de un colectivo y de las sinergias surgidas tanto desde “el sector civil” como desde las Administraciones. Nunca hubo tanta unanimidad a la hora de tomar el legado que Cerdá y Rico nos dejó como el principal referente de Cabra del Santo Cristo en lo que a cultura se refiere y buena parte del mérito habría que buscarlo en la labor de la Asociación Cerdá y Rico, cuya sede se ha trasladado recientemente a la emblemática casa de la calle de La Palma. Pero, aparte del certamen fotográfico y de la revista Contraluz se han prodigado actividades diversas durante todo este tiempo como conferencias, conciertos, competiciones deportivas, presentaciones, actividades relacionadas con el medio ambiente, la astronomía, la literatura, el urbanismo, el patrimonio, etc.

5/9/2015.- Ramón López y Julio Cerdá durante la inauguración en Écija de la exposición “Testimonio de una época”. Fuente: propia.

Entre esa actividad cultural clave en la difusión de la figura y obra de Cerdá y Rico hemos de destacar las exposiciones. La primera fuera de la comarca de Sierra Mágina tuvo lugar en Sevilla (Casa de Jaén, 2001), a la que le siguió otra en Almería (Memoria fotográfica del ferrocarril Linares-Almería. Asafal, 2005). Pero la primera gran exposición se celebró en Granada (El Albaycín de Cerdá y Rico, 2006), lo que dió pie a que en 2009 la obra de Cerdá traspasara fronteras y se pudiera contemplar en Aix An Provence (Francia). Julio A. Cerdá estuvo presente junto a una representación granadina que asistió a la multitudinaria inauguración de la muestra “Regards Croisés, Grenade Aix-en-Provence” organizada con motivo del 30 aniversario del hermanamiento de esta ciudad con Granada. La primera exposición de Cerdá en su pueblo natal tuvo lugar en su flamante centro cultural (Kursaal Fleta de Monóvar, 2010). Imborrable el recuerdo de la exposición celebrada en Zújar (Miradas al ayer, 2015), o la que tuvo como escenario la sevillana ciudad de Écija (Testimonio de una época, 2015) que después pudo verse en la Casa de la Provincia de la capital hispalense (Testimonio de una época, 2016).

25/03/2010.- Monóvar (Alicante) inauguración de la exposición de Arturo Cerdá y Rico. Fuente: propia.
1/9/2016.- Casa de la Provincia (centro cultural de la Diputación de Sevilla). Inauguración de la exposición “Testimonio de una época. Fotografías del Dr. Cerdá y Rico”. Fuente: propia.

Fue también en 2016 cuando se inaugura en Cabra del Santo Cristo una original exposición callejera (Tras las huellas de Cerdá y Rico, 2016), algunas de cuyas fotos se reprodujeron en cerámica y quedaron como exposición permanente en algunos de los escenarios fotografiados por Cerdá y Rico. Pero no será hasta 2017 cuando la casa-museo de Arturo Cerdá y Rico acoja una exposición sobre el genial maestro, que como no podía ser de otra manera giró en torno al tiempo en que Cerdá habitó este templo de la fotografía (Una casa para la fotografía, Instantáneas de la vida cotidiana en la casa de Cerdá y Rico, 2017).

Las fotos de Cerdá han quedado en una exposición permanente que se puede ver en el casco urbano de Cabra del Santo Cristo en algunos de los escenarios que este fotografió. En este caso, sus fotos han servido además para recuperar una parte del patrimonio monumental que permanecía oculto.

En el año del centenario del fallecimiento de Cerdá y con la perspectiva que nos da estas dos décadas que han pasado desde la publicación de aquel primer libro que nos descubrió a un artista injustamente olvidado, podemos decir que la obra de Cerdá y Rico es conocida y valorada no sólo en Cabra del Santo Cristo, sino en toda la provincia de Jaén y otros lugares de la geografía nacional. La revista Contraluz está indexada en la red y los trabajos de investigación sobre Cerdá que se publican reciben numerosas visitas, mientras que el certamen de fotografía ha dado a conocer el nombre de nuestro fotógrafo a buena parte del colectivo que conforma el panorama fotográfico actual. La valoración es positiva, aunque nada hubiera sido posible sin el esfuerzo y el compromiso de esa masa social constituida en asociación, que con el apoyo de las Administraciones mantienen viva la memoria de Arturo Cerdá y Rico.

Nota.- La asociación cultural Arturo Cerdá y Rico contó en su fundación con la activa participación de Julio A. Cerdá Pugnaire, Isidoro Lara Martín-Portugués, Manuel Urbano Pérez Ortega, Ramón López Rodríguez, Jesús Rubio Santoyo, Ana Montavez del Peral, Rafael Rubio Santoyo, Lázaro Gila Medina, Juan Antonio Díaz López, Anna Olsen Back, Juan Jesús Garzón García y Elías Abril Herrera. Durante estos veinte años de andadura han ocupado la presidencia de este colectivo Elías Abril Herrera (2002-2004), Ramón López Rodríguez (2004-2011), Juan Manuel Jiménez Lacalle (2011-2015) y Julio Cerdá Pugnaire (2015-actualidad). En el caso de la revista Contraluz han sido cuatro sus directores: Manuel Garrido Palacios (del número 1 al 3), Pantaleón López Villanueva (del número 4 al 7), Ana Belén Jódar Ruíz (número 9) y Ramón López Rodríguez (números 8 y del 10 al 12). Su masa social ronda actualmente el centenar socios.

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