muestra por su parte más “inexpugnable”, pues el barranco del Prior hace aquí de muralla natural. La “Puerta de Úbeda”, sin serlo, siempre formó parte de la toponimia local como ese acceso principal por el que se traspasaba la hipotética muralla. Ya en desuso, la “Puerta de Granada” hacía las veces en el otro extremo del camino que atravesaba el pueblo, en el entorno final de la calle de la Palma... Este perfil ha cambiado de manera considerable, pues un abigarrado conjunto de edificios construidos a partir de la pasada década de los ochenta lo oculta parcialmente, aún así mantiene un alto valor paisajístico...
Como no podía ser de otra manera, el paisaje de Cerdá no está exento del paisanaje, de modo que nos presenta en primer plano a un joven pastor tratando de imponerse a una tozuda cabra… una imagen que también puede interpretarse como una alegoría, la de esa “Cabra” obstinada en “permanecer” pese a su recóndita localización y a la dificultad añadida de su áspero territorio domesticado durante siglos por el trabajo de sus gentes…