en las cumbres de Mágina y delante, su antesala, la Sierra Cruzada con su airoso cerro del Buitre, a cuyos pies, como dijo Josep Cuatrecasas "se sienta pintoresco el castizo pueblo de Cabra del Santo Cristo".
Por aquellos años aún no se habían acometido repoblaciones, siendo las inmediaciones del cerro del Chantre las que atesoraban la mayor masa forestal del término y todo pese a que hacía poco más de 100 años que había dejado de funcionar la fábrica de vidrio ubicada en su falda Este (lo hizo hasta 1800). Los aprovechamientos del monte, en este caso para leña también son patentes en la imagen, pues se observa que la mayor parte de los pinos mantienen el tronco limpio de ramas. En cuanto al perfil del pueblo, comprobamos que el casco urbano era entonces bastante más pequeño, pues como se aprecia se cortaba en la Rambla Sequilla (actual calle Huertas). Como no podía ser de otra manera el paisanaje también está inserto en el paisaje, destacando ese hermoso caballo blanco que sin duda alguna supone un plus artístico para este interesante documento gráfico que nos muestra el aspecto que tenía hace un siglo una parte de nuestro entorno natural...
Texto de Ramón López Rodríguez
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